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Es un interesante concepto no-dualista que se refiere al hecho de que cuando se alcanza el estado de yoga, no hay más pensamientos, defendiendo el llamado vacío mental de la felicidad no-dual. Los “Yoga Sutras” de Patanjali afirman desde el principio “Yoga citta vritti nirodhah”, que significa “El yoga es el cese de todas las fluctuaciones mentales”. Es decir, no hay más pensamientos, sino no solo pensamientos como esperamos… sino cualquier fluctuación mental.
¿Qué fluctuaciones más finas que los pensamientos conocidos podría haber?
Emociones, símbolos, conceptos, pero aún más finos que estos pueden ser las simples vibraciones mentales que son más toscas que el spanda, la vibración primordial del universo. De hecho, el vacío mental de la felicidad no dual significa que no hay diferenciación en la conciencia, es decir, aparentemente no hay nada, aunque, paradójicamente, lo contiene todo. Es un “vacío pleno”, no un desierto, por eso hay dos palabras que designan lo mismo pero con palabras aparentemente opuestas: “vacuidad” y “atención plena” o “plenitud del corazón”.
La primera se refiere al hecho de que no hay pensamiento, ni diferenciación, por pequeña que sea (abheda) y la segunda y la tercera se refieren a esta misteriosa plenitud del estado de vacuidad mental, cuya naturaleza es, de hecho, sat-cit-ananda, es decir, existencia pura (sat) – pura consciencia (cit) – pura bienaventuranza no dual (ananda). Es decir, el Absoluto, el Infinito o… incluso para ser uno con Dios. En este estado, es cierto, así que no tenemos pensamiento, pero la mayoría de la gente pensaría que entonces pierden la facultad humana más importante: la de pensar. Pues bien, todo está mal en esta afirmación porque el pensar no es la facultad humana más importante y no perdemos nada, porque, si queremos, podemos pensar. Pero encontraremos que cuando lleguemos a este estado en meditación, no queremos pensar, porque no vale la pena dejar un estado tan sublime para pensar algo -tal vez sólo si es una emergencia-, fuego, explosión, etc. De lo contrario, realmente no vale la pena salir de este estado fácilmente, aunque podemos hacerlo en cualquier momento. En el budismo, el “vacío” o “shunyata” toma, en las explicaciones, la forma de realización espiritual, del término, y esto también es cierto porque el vacío mental está asociado con la realización espiritual última. Podemos distinguir aquí, cuatro comprensiones principales del shunyata “vacío”: (1) todos los seres sintientes están vacíos de un Ser o ego personalizado; (2) todas las cosas, pase lo que pase, están vacías de su propia existencia inherente o intrínseca, ya que todas son relativas a causas y condiciones, una visión asociada especialmente con Nagarjuna y la escuela budista Madhyamika; (3) la corriente de la conciencia no dual está vacía de la dualidad sujeto-objeto, el punto de vista Yogachara; (4) la naturaleza búdica, que yace dentro de todos los seres sintientes, está intrínseca y primordialmente desprovista de todas las impurezas, una noción muy debatida en el budismo tibetano. A través de las meditaciones fundamentales en Abheda podemos conocer directamente la vacuidad mental de la felicidad no dual, pero también podemos más que eso: estar en la aldea-chit-ananda pero ser capaces de pensar al mismo tiempo. <> Leo Radutz
