¡El trabajo es amor sacado a la luz! Kahlil Gibran

¡La forma más común de amor es el trabajo!

Es cierto, no mucha gente piensa así, pero estamos seguros de que el futuro de la humanidad estará impregnado de esta verdad.
Además, en situaciones en las que el hombre no actúa hacia los demás con amor, sino sólo por el llamado beneficio, entonces realiza un robo sui generis.

El objetivo del trabajo no es el lucro, sino la integración en el gran circuito del amor espontáneo, ofreciendo a los demás la forma materializada de nuestro amor, el producto del trabajo, que tiene el papel de ayudar, apoyar, consolar, animar, sanar: nuestro prójimo.

Por ejemplo, cuando el trabajo es el amor sacado a la luz, un panadero que hace pan para sus conciudadanos, si es consciente y responsable, tiene como objetivo fabricar -dentro de los límites de la rentabilidad financiera a la que lo somete la competencia- un pan que sea lo más bueno, nutritivo, saludable o incluso curativo posible y NO un pan tóxico, infestado de parásitos, mohos u otros organismos nocivos, realizando un servicio a la comunidad y viviendo intensamente la alegría de ofrecer algo bueno y beneficioso a otras personas. Fijará, dentro de los límites de las posibilidades que le ofrezcan las condiciones comerciales, un precio justo que le permita sostener su actividad y que su amor materializado -producto del trabajo- sea de manera natural accesible a quienes lo necesiten (a diferencia de quienes fijarían el precio al máximo que el mercado permite, siendo este su único credo y criterio).

Sólo está aparentemente solo, porque está integrado en un circuito en el que todos se dan cuenta de su parte de servicio a los demás, ayuda y amor por los demás, cada uno apoyando y siendo apoyado por esta verdadera cadena de amor.

Además, referirse a la tradición espiritual milenaria, karma yoga o yoga espontáneo de la vida cotidiana de desapego de los frutos de nuestras acciones (sin ser indiferentes) y ofrecer estos frutos a lo Divino es una forma real de acceso a Dios.

Las palabras de Kahlil Gibran, poeta sufí, son aquí doradas y goteantes, para aquellos que “tienen oídos para oír”, salpicaduras de luz en nuestras vidas.

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Entonces un obrero dijo: “Háblanos del trabajo”.
Y él respondió diciendo:
“Esfuérzate por seguir el ritmo de la tierra y de su alma,
porque estar ocioso significa permanecer ajeno a las estaciones, salir de la procesión de la vida que avanza majestuosa y en noble obediencia hasta el infinito.

Cuando trabajáis os convertís en un silbato, a través del cual el murmullo de las horas se transforma en canciones,¿A quién
de vosotros le gustaría ser una caña muda y callada, cuando todo canta al unísono? Siempre te han dicho que el trabajo es una maldición y el trabajo una desgracia,
pero te aseguro que al trabajar estás poniendo en práctica una parte del sueño más lejano de la tierra, que te fue dado cuando nació este sueño.
Y al permanecer unidos en el trabajo, amas verdaderamente la vida
, y al amar la vida a través del trabajo, significa que has sido iniciado en el misterio más íntimo de la vida.
Pero si, con dolor, maldices la hora de tu nacimiento, y sientes el peso de la carne como un estigma en tu frente, entonces, te aseguro, solo el sudor lavará el pecado de tu rostro.

Se os ha dicho antes que la vida es solo oscuridad y en vuestra debilidad siempre repitéis las palabras de los debilitados
, pero yo os digo que la vida es oscuridad solo cuando está desprovista de dedicación,
que toda dedicación es ciega cuando no hay ciencia,
que toda ciencia es vana si está desprovista de trabajo,
que todo trabajo es vano sin amor,
Y cuando trabajáis con amor, os unís los unos a los otros, y juntos al Creador.

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Pero, ¿qué significa trabajar con amor?

Significa tejer la tela con hilos hilados de tu alma, como si tu amante debiera llevarla,
Significa construir una casa a regañadientes, como si tu amante debiera habitarla,
Significa sembrar los granos con ternura, y las espigas de trigo con alegría, como si tu amante debiera comer el pan caliente,
Significa poner un pedazo de tu
alma en todas las cosas que haces, y saber que todos los muertos felices están a tu alrededor, cuidándote.

A menudo os he oído decir, como si hubierais hablado en sueños: “El que corta el mármol y encuentra en él la imagen misma de su alma, es superior al que trabaja en el campo,
y el que atrapa el arco iris y lo pone en el lienzo para hacer la imagen del hombre, es superior al que confecciona sandalias para nuestros pies”.
Más bien, te hablo, no dormido, sino despierto, a plena luz del día, que el viento no habla más melodiosamente al viejo roble que a la brizna de hierba más invisible.
Y solo él es grande quien sabe cómo transformar la voz del viento en una canción que es aún más relajante debido a su amor.

¡El trabajo es amor sacado a la luz!

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Y si no puedes trabajar con amor sino con repugnancia, entonces es mejor que dejes tu trabajo y te sientes a la puerta del templo para recibir limosna de los que trabajan
con alegría.
Porque si, a regañadientes, exprimes el mosto de las uvas, entonces tu descuido como un veneno se extenderá a ese vino.
E incluso si cantas como ángeles, pero no amas la canción, el oído de la gente permanecerá sordo a la voz del día como a la de la noche”.

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