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Paramahansa Yogananda habla sobre la práctica devocional
Una seguidora de otro sistema espiritual se opuso a las prácticas de yoga, diciendo que la distraían de su práctica devocional. “Ojalá estuviera enamorada de Dios”, dijo. “Usar técnicas para descubrirlo me repuga, me parece muy mecánico”.
“Es maravilloso estar enamorado de Dios” – aprobó el maestro – “pero es un error pensar que la práctica del auténtico Yoga implica mecanicismo.
En el camino espiritual, una súper-emocionalidad es un obstáculo.
Si no dejas de soplar la vela, ¿cómo vas a permitir que se queme?
Del mismo modo, si no intentas ordenar tus sentimientos, te embriagarás emocionalmente…
Entonces, ¿cómo podrás experimentar el estado mucho más profundo de “intoxicación” con la bienaventuranza divina?
Dios nunca viene si lo invocamos en un estado de desorden interior, de caos mental.
Su verdadera esencia es el silencio, el silencio; Le habla al alma en silencio.
Con esto no quiero decir que sea malo clamar por Dios, derramar lágrimas de amor por Él.
Pero a menudo, un sentimiento intenso, expresado con demasiado ardor, desaparece rápidamente.
Después de cantar para el Amado y llorar, pidiéndole que venga, es importante controlar tus sentimientos y sublimarlos para lograr la tranquilidad de la profunda comunión interior.
Los sentimientos expresados cuando el corazón está inquieto son como una tormenta en un dedal.
Si sostienes el capullo de la devoción con demasiada fuerza, no podrá abrir sus pétalos para recibir los rayos del sol del amor divino.
Solo cuando calmes los sentimientos de tu corazón serás capaz de recibir el abrazo del Infinito.
Reflexiona por un momento: después de llamar a una persona, ¿no es normal callarse y esperar una respuesta?
Después de orar y cantar el nombre de Dios, ¿por qué no esperar en silencio Su respuesta en tu corazón?
La meditación corresponde exactamente a esta fase de escucha. Para esto es necesario volverse interiormente receptivos a Su respuesta silenciosa.
La esencia del sistema de Yoga es el silencio y la receptividad, que la práctica de un cierto número de técnicas induce en la mente;
así que es bueno estar enamorado de Dios, pero cada vez más presta atención al amor que Él te da. No te embriagues con tus propios sentimientos, sino con el éxtasis que percibes como resultado de la comunión con Él”.
Leo Radutz, fundador del sistema Abheda, iniciador de la Revolución Good OM