La carta de la mujer al hombre que no sabía amar

Abheda Yoga Tradițională

Am deschis grupe noi Abheda Yoga Tradițională în
📍 București, 📍 Iași și 🌐 ONLINE!

👉 Detalii și înscrieri aici

Înscrierile sunt posibile doar o perioadă limitată!

Te invităm pe canalele noastre:
📲 Telegramhttps://t.me/yogaromania
📲 WhatsApphttps://chat.whatsapp.com/ChjOPg8m93KANaGJ42DuBt

Dacă spiritualitatea, bunătatea și transformarea fac parte din căutarea ta,
atunci 💠 hai în comunitatea Abheda! 💠


<>Mi querido hombre,

¡Y ahora estás presente en mí, la mujer de tu pasado, en la forma de los recuerdos, las lecciones y las transformaciones que he sufrido!

¡Perdona mi histeria cuando elegiste salir de mi existencia, que me enojé contigo, que te amenacé, que te chantajeé emocionalmente y que traté de especular sobre tus debilidades!

¡Perdóname por interpretar tu sensibilidad como una forma de cobardía! Evalué las rupturas como un paso atrás en mi desarrollo personal, y la relación contigo como una pérdida de tiempo, ¡pero ahora estoy agradecida por cómo manejaste el final de nuestro vínculo! Representas un escalón subido por mí hasta mi interior aplastado por miedos, impotencias y frustraciones…

¡Gracias por cada conflicto en el que no tuve la razón y me lo demostró! ¡Así es como me colocaste frente a mí mismo para verme como realmente soy y enfrentar las deficiencias emocionales que estaba arrojando a tus brazos!

Pido disculpas por la multitud de “¡Se acabó!”, una declaración con la que esperaba despertar en ti mi propio control esperando tu validación. ¡Lo siento por los momentos que he creado para ser oportunos para ti en la lucha por mi corazón! ¡Ahora sé que no es así como sucede el amor, no es así como se expresan los sentimientos, así no es como el amor resiste y se demuestra!

¡Gracias por los maravillosos momentos que me diste! ¡Sé que me amabas! ¡Lo sentí! Sin embargo, no sabía que merecía tu amor….

Te he molestado, chantajeado, castrado, dominado, acusado injustamente, sospechoso de infidelidad… ¡Y eso es porque yo era una niña asustada que había mezclado los tipos de amor!

Te hice responsable como novio, padre, hermano, amigo, ¡y me doy cuenta de lo difícil que fue para ti cumplir todos estos roles a la vez! ¡Te obligué a amarme de muchas maneras para compensar mi falta de amor!

Lloré de despecho, nervios e impotencia al no recibir de ti el amor que quería y como había visto en las películas, esperando que el llanto me trajera tu cariño y aprecio. De hecho, el llanto despertó inicialmente en ti lástima, compasión y luego miedo. ¡Entiendo por qué te fuiste! Y también te entregué la maleta de mis penas cuando me fui, esperando que volvieras serenamente a mi relación conmigo y sin devolver el equipaje de mis propios agravios… Esperaba que lo tiraras a la basura, que hicieras todo este trabajo “sucio” por mí… Pero cada vez me despertaba con una bolsa más grande, mucho más llena de miedos y molestias. .. ¡Y me enfadé aún más contigo! Pido disculpas…

Cuando tocaste el “suelo” conmigo, comprendí de este gesto solo abandono, no suposición y cobardía. Pero fui yo la que se rindió al sufrimiento, confirmando el patrón de trauma de que no merecía ser amada. Me aferré desesperadamente a tus resueltas palabras de “¡Se acabó!” como mi juego indeciso y chantajista de “Te amo/No te amo”.

Me deseabas lo mejor y querías que estuviera contigo para hacer un equipo… ¡Simplemente no sabía cómo acompañarte sin sufrir porque no sabía cómo amar! No fui capaz de manejar las sensibilidades, los miedos, las vulnerabilidades, para quedarme a tu lado en el hermoso viaje del amor.

Perdóname por la relación tóxica ofrecida, llena de adicciones y escondites…

¡Perdóname, porque no te amé, pero aprendí a ser mujer! Pido disculpas por el falso “te amo” declarado en virtud de la relación…

Lamento no haberte abrazado, pero te pedí muchos abrazos…

Perdóname por pedirte el sol y la luna en el cielo y por cuestionar tu hombría cuando no pudiste ofrecerme lo imposible, aunque ni siquiera traje lo posible a tu vida…

¡Perdóname por mi evidencia de fortaleza frente a ti! ¡Competí contigo pensando que no te gusta la mujer tierna y frágil que necesita apoyo!

¡Perdona mis acusaciones sobre la búsqueda del amor físico! Yo era la mujer masculina que siempre se defendía de ti mostrando dureza, egoísmo, egocentrismo, irresponsabilidad, que a su vez amaba solo corporalmente …

¡Gracias por aguantar mis estados de ánimo como una “mujer” loca, demasiado habladora, demasiado fuerte o demasiado débil como un ángel!

¡Gracias por creer en mí cuando estaba totalmente confundido! Me enseñaste que las pequeñas acciones y las necesidades insignificantes son mucho más importantes en el vínculo del amor que la grandeza de los actos imposibles.

Te traumaticé con la esperanza de que así me libraría de mis propios traumas…

Estaba equivocado acerca de ti, ¡pero antes que nada hacia mí!

Pero sin estos errores no me habría convertido en la mujer de ahora… igual de sensible, pero valiente al mostrar mis vulnerabilidades …

¡Has contribuido a mi coraje, y ahora estoy listo para amar, de hecho, para amarme a mí mismo! ¡Ahora ya no me desespero, ahora entiendo mi papel en tu vida y el tuyo en la mía! Pero, sobre todo, entiendo qué papel he tenido y tengo en mi vida, ¡a saber, aceptar el amor!

Con gratitud y afecto,

¡Mujer!

Fuente: finalmente también tenemos la Fuente que gustosamente aprueba la publicación:
Oana Cristina BUCUR – “La psicología de la elección… ¡Elige elegir!””

<>

Scroll al inicio