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¿Cómo se ve el desapego en medio de la acción?
Las personas que entienden la necesidad del desapego como un paso esencial en la evolución espiritual hacia nosotros mismos y hacia la felicidad, el conocimiento y la libertad, esperan que el desapego sea un estado serenity, impertubable, sin variaciones en las energías.
¿Y no es así?
El desapego en la meditación es así porque en realidad es trascendencia. En la mitad de la vida, sin embargo, el problema importante de quien ya está separado de la acción y sus frutos es el hecho de que es necesario realizar, es decir, cuidar o prestar atención para que la acción (el cumplimiento de su misión espiritual o el dharma) esté bien hecha y tenga los resultados necesarios o perseguidos porque
“Es necesario ser bueno, pero… para ser bueno en algo”.
Es decir, incluso si estás separado de la acción y sus frutos, esa acción dada al Infinito Debe hacerse bien, con todas sus etapas, conocidas, intuidas o sorprendentes, para obtener los mejores resultados, incluso si no los considera suyos e incluso si (necesariamente) no está apegado a ellos.
Por ejemplo, un jugador de ajedrez puede separarse del juego y su resultado, pero su objetivo es jugar lo mejor posible, utilizando toda su habilidad e incluso la habilidad “atraída desde el infinito” para lograr buenos resultados de los que, sin embargo, está desapegado. Durante el juego, su cuidado por encontrar y lograr el mejor movimiento puede parecer al apego de alguien, pero la diferencia se ve fácilmente cuando, por ejemplo, pierde.
Si gana, disfruta hasta cierto punto, si pierde, no se enoja, permanece sereno y natural.
Extrapolando, toda nuestra existencia es, de hecho, un juego divino, en el que tenemos un dharma o misión espiritual que cumplir y cada uno debe realizar, teniendo como trasfondo el desapego.
Acaesta “cuidado” o “atención”, “preocupación” a realizar es fácil de confundir con el apego, de tal manera que:
– Tenemos adjuntas personas que consideran que solo tienen cuidado de realizar
– Tenemos personas desapegadas que tienen la preocupación, el cuidado o la atención para realizar, pero les preocupa que se apeguen (u otras personas piensen en ellas que están apegadas)
– Tenemos personas desapegadas que no rinden y no consideran que tienen ninguna falta, porque “son y deben ser desapegadas”
– Hemos unido a personas que actúan pero no creen que esté mal porque creen erróneamente que el desapego significaría no actuar.
Pero actuar es perfectamente posible cuando estás desapegado, e incluso los resultados son mejores cuando estás separado de la acción y sus frutos, pero haces toda la atención y habilidad para que la acción (que suponemos es parte de tu dharma) salga bien.
Es decir, el desapego nos da el mejor desempeño personal si tenemos cuidado de actuar bien para alcanzar nuestro dharma.
Una condición muy importante en esa acción es mantener con firmeza y profundidad el estado de humildad.
Entonces los resultados son excepcionales porque estamos protegidos de identificarnos con el ego, pero estamos inspirados al máximo de nuestra capacidad en el presente.
¡Éxito!