Aquellos que dicen que el Codex Alimentarius fue diseñado ” para la protección del consumidor ” y es ” inofensivo” deben saber que este no es un paquete de leyes, sino un organismo que adopta recomendaciones en el campo de la nutrición, como el etiquetado de los alimentos.
Creado en 1962 como una medida para proteger y controlar el comercio de alimentos, el Codex ha seguido siendo hasta ahora objeto de disputa, considerado por muchos especialistas y políticos de todo el mundo como una forma de controlar la industria alimentaria.
Desde su adopción hasta ahora, este organismo ha sido objeto de numerosas protestas e incluso juicios en el poder judicial que han tratado de anular las normas alimentarias adoptadas a nivel internacional.
¿Por qué se culpa tanto al Codex Alimentarius?
En primer lugar, porque todos los tipos de medicina alternativa serán prohibidos: suplementos alimenticios a base de hierbas, terapias a base de hierbas e incluso vitaminas.
Como resultado de su aplicación, cualquier nación que no aplique esta ley sufrirá importantes sanciones económicas, ya que perderá automáticamente cualquier disputa con un país que cumpla con sus disposiciones, señala un documento de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Las compañías farmacéuticas en la lucha por la supervivencia
De los datos proporcionados por la OMS sobre la organización de la Comisión del “Codex Alimenarius” se desprende que está compuesta por dos subcomités que analizan el impacto de los programas de nutrición en la salud de la población. Uno de ellos, el “Comité del Codex sobre Nutrición y Alimentos para Usos Dietéticos Especiales” (CCNFSDU), está dirigido por el Dr. Rolf Grossklaus.
También es propietario de la empresa de evaluación de riesgos “Instituto Federal de Estimación de Riesgos en Alemania”, que asesora a CCNFSDU sobre el impacto que los nutrientes tienen en las personas que toman suplementos dietéticos.
Grossklaus cree que “la nutrición no es relevante para la salud”. Por absurdo que parezca, el médico declaró en 1994 que los nutrientes no son más que toxinas y decidió iniciar un comité de evaluación de riesgos.
Por lo tanto, resulta que, al menos a nivel de acto normativo, todos los productos a base de hierbas utilizados en la medicina alternativa están prohibidos, y si algunos de ellos se mantienen en el mercado, las cantidades en las que se venderán serán muy pequeñas y se emitirán solo con receta médica.
“La lucha entre los remedios de la medicina natural, que es un acto médico complementario, no alternativo, va al sótano del dinero de las grandes compañías farmacéuticas”, dice el Prof. Dr. Gheorghe Mencinicopschi, director del Instituto de Investigación de Alimentos. Así, continúa, la industria químico-farmacéutica está tratando de “confiscar” ciertos remedios naturales que posteriormente se relanzan al mercado en forma de medicamentos mucho más caros.
Se sabe que la aspirina, originalmente, era un producto natural hecho de corteza de sauce y se llamaba ácido salicílico. Las compañías farmacéuticas lo han “configurado”, lo han agregado a su composición acetil, relanzándolo al mercado en forma de un medicamento mucho más caro.
¿PODEMOS OPONERNOS A ESTE CÓDIGO ALIMENTARIUS?
¿TENEMOS LA MIJOACELE Y EL PODER DE DETENER EL PISOTEO DE LOS DERECHOS PARA DECIDIR CÓMO Y CON QUÉ NOS ALIMENTAMOS?