Para la gran mayoría de las personas, y aquí estamos hablando de aquellos que nunca han entrado en contacto con esta maravillosa enseñanza, el yoga es sinónimo de posturas corporales complicadas, aromas exóticos de la India o ascetas que meditan en cuevas.
Para definir el yoga, que es un concepto tan amplio, debemos abordarlo con respeto, porque esta práctica incorpora en ella un conocimiento antiguo de miles de años.
El yoga no es una religión ni una gimnasia del cuerpo, es una ciencia holística que puede cambiar nuestras vidas para mejor a nivel físico, mental, emocional y espiritual. Pero cualquier transformación tiene lugar con el tiempo, y requiere dedicación, interés e implicación de nuestra parte. No basta con asistir al curso de yoga, aunque allí recibiremos información muy valiosa, sino que, aparte de las prácticas aprendidas en el curso, la constancia y la disciplina son actitudes esenciales para beneficiarnos realmente de todo lo que el yoga puede ofrecernos.
A medida que aprendamos más asanas, es decir, posturas yóguicas específicas, métodos de control de la respiración, a saber, pranayama, y varias técnicas de meditación, nos armaremos con una serie de herramientas que podemos usar en la vida cotidiana. El objetivo es, en última instancia, incluir el yoga en nuestra rutina diaria.
Los beneficios de estas prácticas no dejarán de aparecer. Son maravillosos y se pueden sentir desde las primeras horas de clase.
En primer lugar podremos observar un aumento en los niveles de energía, mayor poder de concentración, la capacidad de descansar mejor, una mente más tranquila y equilibrada, relajación profunda, aumento de la inmunidad, regulación de problemas de salud y un estado generalizado de bienestar.
Además de los aspectos enumerados anteriormente, sentiremos una reducción significativa del estrés, un aumento en el nivel de oxigenación del cerebro, lo que conducirá automáticamente a un mejor enfoque mental, mayor flexibilidad articular, mejora del tono muscular y la postura corporal.
Los efectos también se verán en el área emocional, porque serás máscapaz de controlar nuestras reacciones emocionales, seremos más optimistas, más llenos de vida y nos volveremos menos receptivos a los estados negativos de quienes nos rodean.
Por último, pero no menos importante, debemos mencionar que nos sentiremos más conectados con nuestra fuente interna, con nuestro verdadero Ser Espiritual que en yoga se llama ATMAN, o el Ser Supremo individual. Al hacer esta conexión, nuestras vidas se transformarán profundamente, porque seremos más conscientes de quiénes somos realmente y podremos redefinir nuestra escala de valores espirituales poniendo a Dios primero.